LA MUERTE DEL COLIBRÍ
Óscar Romero
2º ESO – Poesía – 1r premio
                        Hace unos meses, cuando
volvía a casa, en Madrid,
  vi que no estaba en su jaula el pequeño
colibrí,
  e iniciando su búsqueda para enterrar mi
dolor,
 gracias a la escalera de la Dama subí hasta
Dios.
-!Oh, mi
Señor!,  ¡qué dentera el dirigirse a
escombros!,
    pero como os odio respetándoos, respete el
odio:
   ¿sacó usted de su propia jaula al pequeño
colibrí?
-¡Jamás!,
¡fue cuando estaba a cuatro cervezas de aquí!
-¡Oh,
Satanás!, ¿quién eres tú si no soy yo, el mismo?,
          al Señor interrogué por la fuga del
colibrí,
   y dime, ¿fuiste el causante del mental
cataclismo?
     -Le liberó el ángel de cuyas palabras me
serví.
-¡Oh,
serafín!, que me adoras y desprecias a a la par,
    ahora hermano de Lucifer al caer a la ancha
mar,
  por consiguiente, yo exclamo, como a ti te oí
dictar:
“Adiós,
Libertad. Te añoro, menos mal que ya no estás”.
(La parca con
parka que aparca acaparadora en mí
grita en la
esquina de mi cabeza frunciendo el ceño,
   donde convivieron prostitutas, metas y
sueños:
“Hace unos
cuantos años años que murió el colibrí”).
                                                                                              
Mí